El 24 de octubre de 2016 empezó el desmantelamiento de la "Jungla de Calais", el mayor campo improvisado de migrantes de Europa, con más de 7000 personas refugiadas que se habían visto obligadas a huir de sus casas, la mayoría de ellas deseando cruzar al Reino Unido por el Eurotúnel. Un año antes, un grupo de artistas hicieron el camino inverso, queriendo hacer algo para luchar contra la crisis humanitaria que se desarrollaba a unos pocos kilómetros de sus casas. El resultado fué The Calais Sessions, un disco grabado por los y las habitantes de "La Jungla", cuyo objetivo fué implicar a las personas que vivían en el campo en un proyecto que aumentase su autoestima, canalizando su talento a través de la música.
Todo empezó con la foto del cadáver de Aylan, de tres años, en una playa turca. Vanessa Lucas-Smith, violoncelista británica, reaccionó con algo más que compasión. El fin de semana siguiente desembarcó en Calais con un grupo de artistas. "Nuestra primera intención era personal: entender qué pasaba, quiénes eran esas personas. Pero estábamos convencidos de que habría música, y músicos, entre los refugiados. Una hora después de llegar –cuenta la chelista– ya un par de músicos sirios de Londres habían formado un grupo con dos compatriotas del campo. Y dos días después grababan el primer corte". Lucas-Smith es chelista del Allegri Quartet de Londres (y una de las principales impulsoras del proyecto) y a través del álbum ha comprendido que cuando "le das instrumentos a la gente, se convierten en algo como el pan, el agua o el carbón, es algo que realmente necesitan", cuenta en The New York Times.
El disco se abre con "The Lost Singer". Para Moheddin, autor del tema y cantante de extraordinaria voz, aquello sirvió de pasaporte: hoy vive en Londres de su oficio, sastre. "Khandahar" es una coproducción afgano-kurda, escrita en farsi por dos hermanas afganas, una de nueve y la otra de doce años. La melodía la compusieron con ayuda de dos refugiados kurdos, bateristas.
Kasper es un refugiado iraquí de 25 años. Rapea sobre el amor en "University Story", pero en Bagdag se dedicaba a hacer joyas. Tuvo que huir de su casa y después de un agotador viaje de tres semanas llegó a Calais. Mohammed Ismail (que interpreta "Ismail") es afgano y le gusta tocar la dambora, un instrumento de cuerda. Pero su afición no le gustó a los talibanes ya que "un día me oyeron tocar en casa, metieron mi brazo derecho en agua hirviendo y me dijeron que lo hacían porque era el brazo con el que toco". Ahora Ismail toca un instrumento parecido al chelo que han creado con piezas que encontraban en el campo y ha logrado vencer los malos recuerdos.
Durante la grabación del disco el equipo se encontró con muchas dificultades ya que en febrero las autoridades francesas comenzaron a desmantelar el campo, lo que afectó a muchas de las personas implicadas. Un grupo de mujeres eritreas, al principio un poco reticentes, se decidieron a grabar una canción religiosa llamada "Yezus". Al acabar estaban tan ilusionadas con el proyecto que quisieron grabar otra canción, pero a la mañana siguiente se levantaron y no pudieron ir a su iglesia para rezar, ensayar o inspirarse, la habían derruido.
México está presente en este planeta-disco gracias a Carolina Ferrer y Jesús Bellosta Flores, dos voluntarios que trabajaban en el campo y que grabaron "La llorona". Laura, del colectivo The Calais Sessions, recuerda en La Vanguardia que "pronto descubrimos que los refugiados tenían un enorme talento; sus historias personales nos impresionaron tanto como las culturas musicales que viajaban con ellos. Decidimos que era imprescindible que aquella gente se integrara en nuestro colectivo para transcribir sus historias en música. Y que aquello fuera otro viaje, pero distinto, en el que todos –sirios, afganos, sudaneses, eritreos– compartieran ese mundo de convivencia y armonía que la música propone".
El proyecto, cuyas fotos corren a cargo de Sarah Hickson, se grabó en un estudio casero que se alimentaba de energía solar, cerca de la biblioteca del campo. Los aspectos técnicos también fueron una odisea, pero Damien Barrière-Constantin, un ingeniero de sonido de 24 años y cofundador de la iniciativa, logró un sonido profesional. Para él lo más importante no es que "la gente nos escuche", sino que "los refugiados puedan escuchar lo que ellos mismos han hecho", cuenta.
El álbum, que también cuenta con la participación de Natalia Tena (Molotov Jukebox) y Çiğdem Aslan, se puede comprar a través de su web, cuyos beneficios se destinan a las y los propios refugiados y a una organización benéfica británica llamada Citizen UK.
Página web oficial: The Calais Sessions
tracks list:
01. Moheddin Aljabi – The Lost Singer
02. Kasper King – University Story
03. Bogdan Vacarescu – Deskovo Oro
04. Danny Rowe – Sounds of the Jungle
05. Carolina Ferrer – La Llorona
06. Abdullah Kathin – Ya Rab´oun
07. Andy Kyte – Khandahar
08. The Evangelist Church Singers – Yesus
09. The Evangelist Church Singers – Halleluyah
10. Carl Burgess – Long Road
11. Mohammed Ismail – Ismail
12. Laurens Price-Nowak – Nothing
13. Natalia Tena – Every Heart That Loves
2 comments :
The Calais Sessions
Tremendo movimiento de solidaridad humana y artística al mismo tiempo!!! Lo desconocía.
Gracias una vez más por abrirme los ojos, los oídos y el corazón
Silencio
Publicar un comentario