Boulpik es un grupo que se formó en Puerto Príncipe hace una decena de años que, desde sus inicios, han dado continuidad a una tradición musical surgida en las calles, como animadores de plazas y de eventos privados, rememorando tiempos en los que las orquestas callejeras interpretaban multitud de piezas, pero también unos años donde el turismo llegaba a la isla y que hoy es raro de encontrar. Boulpik principalmente interpreta konpa, un sonido bailable que aparece en los años cincuenta del pasado siglo XX, ritmos de textura artesanal que rápidamente se extenderían por todas las calles y que llegará a ser el alma sonora de toda la isla, el konpa lakay.
"Chèche lavi", "busca vida". Una expresión en creole haitiano que resume la frase "buscar la manera de ganarse la vida", y sugiere que la vida no es algo que viene con facilidad, pero que es un objetivo a buscarse (como si estuvieras en una búsqueda de un premio perdido o tesoro enterrado). Así, Franckel Sifranc y sus compañeros músicos de Boulpik son busca vidas. Nada particularmente extraordinario ha sucedido en sus carreras. De hecho, su pasado es muy parecido la de otros millones de haitianos. Excepto que tienen un don para la música.
La historia de Boulpik es la historia de Franckel Sifranc (fundador del grupo), que comenzó hace alrededor de cincuenta años, en La Grand Anse, una remota región de la República de Haití, hacia el oeste. Pensando en su infancia en el pueblo costero de Dame-Marie, recuerda los sonidos de la "ti djaz" (little jazz): bandas acústicas de músicos aficionados que se llamaban así para ser distinguidos de la más prestigiosas "gwo djaz" (big jazz, bandas con sus modernos instrumentos y amplificadores). El ti djaz tocaba en las reuniones locales utilizando rudimentarios instrumentos locales: la guitarra de seis cuerdas Matamò (su nombre es un recordatorio de la fuerte influencia del Trío Matamoros en el género), la trè (una guitarra de origen cubano con tres cuerdas dobles) o incluso un banjo. La formación instrumental era completada por las cuerdas de un contrabajo o un maniboula (un idiófono desplumado basado en la marímbula cubana) y percusión: tambor, maracas y tabla de raspar o kaskayèt (claves) para acompañar al coro vocal que respondía al cantante principal.
Como un niño que crece en una familia dedicada al trabajo agrícola, Franckel no tenía idea de que un día utilizaría esos instrumentos para "buscar la vida". Unos años más tarde, al igual que miles de otros habitantes de zonas rurales, se vio obligado a moverse del campo a la capital, Puerto Príncipe, cuya población ha aumentado de quinientos mil a casi 3 millones en los últimos cincuenta años. Adolescente, Franckel llegó a la ciudad a finales de los años 70, invitado por un hermano mayor. Instalado en un modesto barrio en la parte baja de la ciudad, encontró trabajo como "manitas" y comenzó a explorar la capital, encontrándose con los muchos músicos que suministraban la banda sonora de la noche de la ciudad y el entretenimiento del turismo que en aquella época llenaba la isla caribeña. Franckel se convirtió en miembro de la banda Ti Okap. Hoy en día, todo lo que queda de la carrera del grupo son el nombre de su líder, los recuerdos de sus populares actuaciones en los diferentes hoteles, y el que fue la banda con la que Franckel aprendió a cantar y tocar maracas y kaskayèt.
Posteriormente, en 1980, decidió formar su propio grupo: Frère Desjeunes. Continuó interpretando con ellos durante más de veinticuatro años, pese a las frecuentes interrupciones causadas por los interminables trastornos sociopolíticos que sacudieron el país. Fue en 2004 cuando Franckel plantea un nuevo enfoque a la banda, transformándose en Boulpik e incorporando a cinco músicos jóvenes que él consideraba con más talento y compromiso que sus predecesores.
Desde Franckel comenzó, la situación en Haití ha cambiado radicalmente. De la época en que los músicos solían interpretar para ganar un poco de dinero extra, en la actualidad la música es su medio de trabajo. A diferencia de muchos otros, los músicos de Boulpik se han negado a emigrar (siempre es una tentación para los "busca vidas"). Siguen creyendo en su buena estrella y no muestran signos de derrota o autocompasión, sino más bien una determinación inquebrantable a confiar en la felicidad y en el buen rollo. Son otros tiempos y Boulpik no renuncian a cantar a la paz, al amor y a su país, la dignidad ante la adversidad.
Para saber más: "Vecinos: Boulpik – Nèg Dafrik"
tracks list:
01. Alakanpay
02. Boulpik Twoubadou
03. Si Lavi Te Fasil
04. Nèg Dafrik
05. Karol
06. Lakay
07. Rele
08. Jeremie
09. Twa Zan
10. Je Reviens Chez Nous
11. Souvenir d'Afrique
12. Lavi a Di
2 comentarios :
Konpa Lakay
Una delicia, gracias.
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